martes, 31 de mayo de 2016

Apenas 100 años


En la rutinaria actualidad numismática seguro cuesta entender las penurias hasta banales de otros tiempos en cuanto a la satisfacción de circulante del llamado menudo: hoy día hasta se dan el lujo de sacar de circulación algunas denominaciones. A principios del siglo veinte se venía arrastrando una crísis monetaria de enormes dimensiones. El gobierno dilatado de Manuel Estrada Cabrera daba manotazos acá y allá para tratar de, sobre todo, entender qué era lo que pasaba (sin mayor interés tal vez, tomando en cuenta que parte de esa crísis beneficiaba a grupos que hasta hoy día ostentan claro poder económico).

Si preguntáramos ¿cuál era el cono monetario de la década de 1900? seguro no tendríamos una respuesta del todo satisfactoria. Arrastrando plata y oro colonial, federada, extranjera, carrereña y en pesos y reales, incluso los ejercicios decimales de 1871 y 1881 en vellón y plata baja, pasando por el níquel tan despreciado y tan lleno de engaño en las áreas rurales. A esto sumemos fichas de finca, comercio, cédulas y vales municipales junto a una ridícula cantidad de billetes emitidos con poco trámite desde bancos privados.

En esa chapucería nacen estas centenarias de cobre: Veinticinco y doce y medio centavos, fechadas en 1915. El decreto 721 del 9 de septiembre de 1915 firmado por Manuel Estrada Cabrera da por sentado que el rumbo hacia la decimalización es inminente. Las dos monedas son de caracter provisional y producto de la Casa de Moneda de Guatemala, abandonada y venida a menos y a penas funcionando con la troquelación a particulares. Los rudimentos de la ley son los siguientes:

"Artículo 1o. -Autorízace por ahora la acuñación en la Casa Nacional de Moneda y la circulación en el país de la suma de 2 millones de pesos en moneda fraccionaria de cobre, en la proporción siguiente:

Pesos: 1,500,000 en moneda de 25 centavos (6,000,000 piezas)
Pesos: 500,000 en moneda de 12 1/2 centavos (4,600,000 piezas)

Artículo 2o. -La moneda de 25 centavos tendrá 22 milímetros de diámetro con peso de 500 centigramos; llevará grabada en el anverso una leyenda al rededor de la moneda que diga "República de Guatemala"; al centro la palabra "Provisional", en medio de dos medias circunferencias de líneas , y abajo el año; y en el reverso, alrededor de la moneda, la leyenda "veinticinco centavos", y abajo de ella la palabra "cobre"; en el interior una circunferencia, y en el centro de ella la cifra "25" en números arábigos.
La moneda de 12 1/2 centavos tendrá 19 milímetros de diámetro con peso de 300 centigramos, llevando en el anverso el mismo grabado que la deo 25 centavos y en el reverso, alredeor de la moneda, "doce y medio centavos"; abajo la palabra "cobre" y en el centro de la circunferencia, la cifra "12 1/2" en números arábigos.
Artículo 3o. -La aleación del metal será de 95% de cobre, 1% de cinc y 4% de estaño...".

Será hasta 1923 que se agregue a esta cono monetario otros valores pero esta vez serán de otro material y no entrarán en la categoría de "provisionales".


Edgar Quisquinay. Octubre de 2015.
Para: Sociedad Numismática de Guatemala.

25 centavos, 1943 Palacio Nacional de Guatemala

No estamos ni estaremos acostumbrados a ver en circulación emisiones distintas a las que por años nos han rodeado, las que construyeron nuestra niñéz; esto quizá se deba a que por años y años nuestro circulante a tenido una notoria pasividad en cuanto a su innovación de diseño. Nos resulta incluso escandaloso el cambio de metales y grosores fijándonos muy poco en qué o cuánto a cambiado nuestra moneda a través del tiempo. El cambio más significativo y que todavía vivimos, se da en 1924: el decreto 879 del 26 de noviembre de ese año nombra "Quetzal" a la nueva unidad monetaria, todo esto junto con un muy bien detallado cono de circulante. Fijos los diseños no será sino hasta 1943 que se rompa la monotonía de casi veinte años y se presente un diseño de moneda que tendrá como objetivo (en parte), festajar y conmemorar la reciente inauguración del Palacio Nacional. Aunque en la actualidad se ha especulado mucho sobre el tema e incluso se ha dicho que fue una acuñación ilegal sin valor circulante, y así pudo haber sido, pero resulta que hay un acuerdo presidencial, firmado por Jorge Ubico y fechado el 22 de febrero de 1944 donde se manda "...autorizar y legalizar el curso de monedas de plata de veinticinco centavos de quetzal (Q.0.25), acuñadas recientemente por disposición del Gobierno de la República, de entera conformidad con el peso y título prescritos en la Ley monetaria de la nación". Es notorio que esta disposición busca remendar lo ya hecho, puesto que la fabricación de estas monedas ha sido contratada en la ceca de Filadelfia de la Casa de Moneda de Estados Unidos desde dicembre de ¡1942!.

 (Fotografía de pieza propiedad el autor de estas notas).

En Filadelfia, el departamento de grabado de esa ceca ha creado un puesto para un insistente Frank Gasparro: "junior engraver" o "grabador segundo" o simplemente "grabador junior", una especie de aprendiz avanzado del entonces grabador en jefe John R. Sinnok. Transcurre entonces diciembre de 1942 y el primer encargo para el nuevo trabajador será modelar el reverso de la moneda de 25 centavos guatemalteca, la del Palacio Nacional. Pasados los años Gasparro contará "...cuando mi trabajo fue reducido en el pantógrafo el cuño hecho desde mi diseño tenía que casar apropiádamente con la moneda. No tenía segundas oportunidades. Afortunádamente quedó bien". Esta pieza de Gasparro ha sido catalogada así: "1943 Guatemala 25 centavos, Yeoman 110, KM 253". Curiosamente, la imágen del Lincoln Memorial que aparece en las monedas de 1 centavo de Estados Unidos desde 1958 (hasta desaparecer hace poco) también es obra de este grabador que, al parecer, tenía gran habilidad para retratar los diseños arquitectónicos. En ese centavo aparecen las iniciales de Gasparro: FG.
(Fotografía tomada de: http://www.usacoinbook.com ).

Sobre las cantidades y los años de fabricación de la moneda que se reseña hay buenos datos que provienen de la misma ceca de Filadelfia: para 1943 se acuñarían 150,000 unidades en plata 0.720 y para el año siguiente (1944) un tiraje de 750,000 que completan un gran total de 900,000 piezas. Recordemos que la "inauguración del Palacio" no se dará sino hasta el 10 de noviembre de 1943 (cumpleaños, además, de Jorge Ubico), esto marcará, en parte, la necesidad de oficializar la circulación de las monedas que conmemoran esa fecha y que circularán de manera profusa a partir de 1944.
(Captura de pantalla tomada de: Domestic and Foreign Coins Manufactured by Mints of the United States 1793-1976; Department of the Treasury, Bureau of the Mint, Washington, 1978).

(Con información de Kurt Prober; www.medalartists.com ; David W. Lange y archivo del Departamento del Tesoro de EUA).

Edgar Quisquinay
Para: Sociedad Numismática de Guatemala.
Octubre de 2015.

1 Quetzal, 1998 (pruebas)

Pruebas de troquelación para moneda de 1 Quetzal, fechadas 1998. Las emisiones oficiales de esta moneda son de los años: 1999, 2000, 2001, 2006, 2008, 2011, 2012 y 2013, todas de canto estriado. La emsión 2013 cambia de grosor y metal.

ANVERSO
REVERSO
CANTO


Edgar Quisquinay
Guatemala, mayo de 2016.

Busto propio

En las proclamas de la provincia de Chiapa y Guatemala al reinado de Fernando VII que se conocen, todas de 1808, es evidente que hay pocas referencias al complicado panorama político que existía en la península Ibérica. Sin embargo en las monedas circulantes sí es notoria la inestabilidad, sobre todo al constatar la inexistencia de punzones que nos mostraran el augusto retrato del monarca ya entronizado (aunque para ese momento estuviera preso en Francia, casi como trofeo de guerra de Napoleón). Acá el punzón viejo, el de Carlos IV, es utilizado como un sustituto extraño puesto que ya se abrían punzones del busto propio para ese mismo año.


Fernando VII, cuatro reales, 1809, busto de Carlos VII. Ceca NG.
Fernando VII, cuatro reales, 1819, busto propio. Ceca NG.

Edgar Quisquinay
Guatemala, mayo de 2016.